Marcos Escritores de Costa Rica - Emilia Macaya
   
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Una escritora con visión de género
* "En la docencia, se da una enteramente para que otro ser humano se produzca a través del intercambio de palabras; sin embargo, cada vez, veo, en un ámbito más amplio, cómo los jóvenes (ellos y ellas) entablan relaciones mucho más colaboradoras y equitativas".

 


"Una de las cosas por las que más he trabajado, es por la opción responsable frente a maternidades y paternidades", dijo Emilia Macaya.
Aunque de niña su padre siempre manifestó que su hija sería abogada porque defendía sus juguetes, espacios y sobre todo sus ideas con energía, muy dentro de sí ella sabía que no sería así: las letras y la escritura eran su fuerte.

El tiempo le dio la razón a ella. Se convirtió en profesora universitaria y más tarde en escritora, decana y catedrática de la Universidad de Costa Rica, siendo una de las primeras investigadoras en materia de género.

"Era una buena lectora, y a los doce años de edad me convencí que escribir me daba muchas satisfacciones", reitera.

Se iba a la finca lechera en Coronado, cerca del río y los altos pastizales --donde actualmente radica y nos concedió la entrevista-- y se inspiró y escribió las primeras páginas. Fue allí donde decidió que sería escritora y que su vida giraría en ese campo.

Sin embargo, en aquella época no existían talleres literarios, por lo que buscando ser escritora se convirtió en intérprete de la literatura, escribiendo sobre las producciones literarias.

Actualmente jubilada, después de trabajar por 35 años en la Universidad de Costa Rica, muestra su agradecimiento por las múltiples satisfacciones que el ser educadora y escritora le ha dado la vida. Fue ganadora de múltiples reconocimientos y ascensos por sus escritos, entre los que destaca haber obtenido el Premio Áncora 1987-1988.

Entre sus obras literarias se encuentran "Espíritu en carne viva", dedicado a la literatura de Yolanda Oreamuno --donde está presente un proceso de identidad y género de Oreamuno--, "La sombra en el espejo" que narra la historia de las mujeres y "Cuando estalla el silencio", un estudio sobre la escritura de las mujeres y el discurso de la feminidad, así como cuentos: "Relatos de desamor", "Eva y Alcestes" y "Más allá de la frontera", que recopila en la actualidad para un nuevo libro que espera dar a conocer el próximo año.

Mujer de amplia visión y gran carisma, Macaya es madre de dos hijos, Gabriel y Constanza, de 27 y 23 años de edad, respectivamente.

"En la vida, no hay vueltas ni curvas en vano. De la literatura no se puede vivir, así que opté por la docencia. La asumí como una actividad muy directa en mi vida y sólo compensaciones da", detalló.

La primera y principal, indica, es la firme convicción de que el mundo se transforma desde allí, "desde abajo, educando y transmitiendo sueños o valores. Es esa maravillosa base humana en la que se puede hablar un poco a lo que aspiramos y en qué nos gustaría que se transformara el mundo; es una labor exitosa porque se pueden ir viendo las transformaciones".

Visión de género

 

Fue por medio de la docencia y la interpretación de los textos como surge su visión de género. "Observé quiénes escribían, qué, cómo y qué sucedía cuando escribíamos las mujeres, y opté por ese campo. En estos momentos, después de casi 20 años, veo los cambios, y me doy cuenta que no ha sido en vano".

"El sueño de la humanidad que merece ser realidad es un poco dejar de competir, dejar de eliminar al otro para decidirme a ver a quién tengo a la par, de manera que, uniendo esfuerzos, se mueva más eficazmente la vida", detalló.

Sus estudios en género surgen de una investigación conjunta sobre el origen y evolución de la novela en Costa Rica, en que analizó la novela urbana, y descubrió que esa vertiente estaba en manos prioritariamente femeninas, hallazgo que, unido a sus inquietudes sociales de ayuda a los demás seres humanos, la hizo inclinarse a conocer las causas de esta realidad.

En ese momento (1987), pensó en un postgrado, y obtuvo una beca en la Universidad de Montreal que la llevó a analizar más de cerca los estudios del género.

Nuevamente, un motivo más para amar la literatura, que le permitió descubrir, ver, analizar y hablar sobre el tema.

Fue así como en la literatura que la inspira empezó a imprimir ese sello de cómo se lleva a cabo la masculinidad y feminidad en la sociedad: enfatiza la importancia de la maternidad y paternidad, y cómo se decide por otros que vengan al mundo.

"Esto hay que pensarlo de vez en cuando y, ante esa responsabilidad, se debe tener una claridad meridiana, tanto desde las paternidades como de las maternidades, porque es un proceso que depende de dos. Las responsabilidades son las mismas y deben estar simétricamente repartidas".

 

Sus frases

* "Como mujer hay que probar doblemente que una sirve para algo. No solo me pasó por ser mujer, sino porque papá fue académico en la Universidad, lo que me obligó a demostrar aún más que era adecuada para las notas que recibía. Nunca lo vi como algo negativo; creo que todo fue para bien, porque terminé aprendiendo el doble".

* "Esa necesidad que hemos tenido de realizar mil labores a la vez, porque somos profesionales, mamás, esposas, jefas de hogar y todo lo tenemos que hacer al mismo tiempo y todo debe caminar bien. Lo cierto, es que somos multifuncionales, lo hacemos con capacidad y eficacia y, por lo tanto, es una ventaja".

* "Los seres humanos estamos en este mundo para ser cada vez mejor, y hacer cada vez mejor lo que debemos hacer".

* "Una forma de hacer este mundo más amable es entendiéndonos más, colaborando, en lugar de competir. Es más fácil y eficaz ponernos juntamente a hacer las cosas, que tratar de exterminar a otros para hacerlas yo sola (o)".

* "Apuesto por la colaboración, por la convivencia en paz, el respeto al otro ser humano. Así todo camina mejor, y eso es lo que me ha hecho sentirme tan bien en la docencia".

   
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